El Museo Nacional del Perú, un recinto cultural que fue soñado hace casi dos siglos
Este 27 de julio, a un día de conmemorarse el Bicentenario del Perú, se inicia la marcha blanca del MUNA con aforo limitado de visitantes y que presentará cuatro exposiciones sobre la cultura peruana y el arte contemporáneo.
El Perú celebra su Bicentenario con la puesta en marcha blanca de su Museo Nacional del Perú (MUNA), un proyecto que tiene la misma cantidad de años que la Independencia proclamada por don José de San Martín y que había estado durmiendo a la espera de este recinto cultural que tras su inauguración oficial será el museo más grande de América Latina. Todo un reto para un país con tanta historia como el nuestro.
Con una inversión de 500 millones de soles y una extensión de 88,500 metros cuadrados, el MUNA llega al Bicentenario como la obra más importante en la conmemoración del segundo centenario patrio. Si bien este 24 de julio se realizó la apertura de puertas y el público podrá ingresar (con aforo limitado) desde el 27 de julio en “marcha blanca”, será en 2024 cuando se inaugure de manera formal.
Además de tener exposiciones permanentes y temporales, el MUNA será el guardián de colecciones que pertenecieron al antiguo Museo de la Nación, otros que fueron recuperados de otros países y un gran grupo de bienes provenientes del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, ubicado en Pueblo Libre y cuya colección excede a su espacio de exposición y reserva.
Carlos del Águila, director general de Museos del Ministerio de Cultura, menciona que tener el MUNA en operaciones remonta a 1822 con la primera evidencia física y por escrito de una normativa que declara la existencia de un Museo Nacional, firmado por Torre Tagle y Fernando de Monteagudo.
“Esa es la primera mención que se hace, desde el ámbito normativo y oficial del Museo Nacional de Perú. Hacia abril de ese año se menciona en la Gaceta de Lima, la necesidad de un Museo Nacional para guardar los tesoros de los antepasados. Hay que tener en cuenta que cuando se desarrollaban los procesos independentistas post Revolución Francesa, lo primero que se instaura es la necesidad de un Museo Nacional, un Archivo General y una Biblioteca Nacional, tres instituciones culturales que fortalecen y consolidan una nación independiente”, mencionó.
Del Águila comenta que el Museo Nacional comenzó a funcionar dentro de la Biblioteca Nacional, en una pequeña sala con colecciones de los vecinos. De ahí la historia de ese sueño de museo pasó por diversos hitos.
“Desde ahí ha pasado mucha historia, casi 200 años de historia. Estuvo primero en la BNP o en el segundo piso de la iglesia de San Pedro y después se fue al Parque la Exposición en la post Guerra del Pacífico y tras este suceso se intentó hacer un Museo Histórico Nacional, pero no funcionó. La Academia, San Marcos, la Universidad del Cusco, la Universidad Católica empezaron a generar museos de importancia vinculados a la investigación científica. Posteriormente ya como el movimiento Indigenista se empezaron a generar museos tan importantes como el Museo Arqueología Peruana, con una colección donada por el maestro Larco (donde hoy es el Museo de la Cultura Peruana). Julio C. Tello constituyó el Museo de Antropología y Arqueología, a raíz de los hallazgos de la Cultura Paracas. Desde la Academia y del ámbito público se han establecido las instancias públicas del Museo Nacional, pero nunca se constituyó”, añadió.
El director de Museos del Ministerio de Cultura (MIncul) resalta que fue a partir de 2014 que se constituye la idea de generar una importante inversión para desarrollar el Museo Nacional, soñado hace casi 200 años.
LA COLECCIÓN DEL MUNA
El Museo de la Nación fue un primer acercamiento a un espacio cultural nacional. En diciembre de 2020, se derogó la Ley que lo constituía y daba paso al MUNA. En términos prácticos, la primera colección bajo la responsabilidad del Museo Nacional del Perú es que tuvo el Museo de la Nación, una colección medianamente grande.
“Estamos hablando de cerca de 20 mil objetos museales y una cantidad de 25 mil objetos más por procesar, que se encuentran en el Ministerio de Cultura”, resalta.
Del Águila comenta que otra colección que será parte del MUNA responde a las repatriaciones que se han logrado en los últimos años. Tengamos presente que las investigaciones arqueológicas en los últimos 30 años han crecido de una manera impresionante porque van de la mano de proyectos de inversión y esas generan muchas colecciones. Esas colecciones ya no tenían espacio donde estar hace 30 años y hay muchas colecciones pendientes de entregarlas al Estado porque ya no había dónde tenerlas. El Museo de Pueblo Libre había colapsado y estaba repleto de colecciones”, añadió.
Es decir, el MUNA viene a cubrir la necesidad de más repositorios para almacenar, clasificar y conservar colecciones sin catalogar.
“Este trabajo debe seguir los siguientes años para trasladar toda esa colección (la del ex Museo de la Nación) y para que las colecciones que se generan todos los años ya no vayan a estar esperando dónde ser recibidas”, menciona.
Si bien en la marcha blanca del MUNA se tendrá una exposición de cuatro colecciones, el público asistente podrá conocer esta gran infraestructura. Además, la Feria Ruraq Maki estará presente hasta diciembre de 2021 para ofrecer piezas hechas a mano por artesanos peruanos. Otro punto importante del MUNA es que por su ubicación se encuentra cerca del Museo de Pachacamac por lo que se podría aprovechar a su visita durante la salida.
Pensando en aquellos visitantes del MUNA que ven complicado su traslado por la ubicación del museo, el Ministerio de Cultura pondrá a disposición de los usuarios buses con dos horarios de ida y vuelta (tres veces por semana) desde y hasta la sede ministerial en San Borja. La asistencia se reserva a través de internet.
Si bien el aforo es de 2400 personas a la vez, por pandemia, cada horario de visitas (mañana y tarde) tendrá 90 personas en el aforo.
La exposición que se mostrará desde el 27 de julio, para el público en general, estará disponible hasta diciembre de 2021. A partir del 2022, explica Del Águila, las personas que estarán a cargo armarán otra planificación de actividades culturales. “Nuestro rol es ya dejar encargado el trabajo de la exposición permanente que debe estar lista en 2024, para el cierre de las celebraciones por el Bicentenario de la Batalla de Ayacucho, el 9 diciembre del 2024”, explica.
(RE)PENSAR EL PAÍS
El MUNA, desde su puesta en marcha, “tiene que pensar nuestra nación, así como somos: con sus aciertos y problemas, pero con todas sus generaciones que están presentes en la historia y la contemporaneidad”.
“Por lo tanto, este pensar el Perú es decir las cosas en diferentes formas (y más en nuevas generaciones). Entender que esa historia (de nuestros antepasados) está conectada con nosotros porque nosotros nos compartamos de cierta manera y somos orgullosos de ser peruanos, no solo por la gastronomía o el fútbol, sino por otro tipo de referentes patrimoniales. Eso se llama apropiación de nuestra cultura, sentirnos orgullosos de nuestra cultura. Esa es una misión que tiene el MUNA”, añade Del Águila.
Las colecciones que se encontrarán en este gran recinto cultural son de patrimonio, no solamente prehispánico sino también contemporáneo, como muestras de materiales audiovisuales y fotográficos.
“Este recinto tiene 88 536.53 metros cuadrados de área construida, 10 692.70 metros cuadrados de exposiciones (como 10 veces el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú de Pueblo Libre), 9122 metros cuadrados de áreas internas para almacenar colecciones, 2134 metros cuadrados de lockers de investigación para estudiosos peruanos y del mundo, entre otros servicios”, sostiene.
La misión del MUNA es convertirse en un complejo cultural que sea un centro de investigación sobre el Perú desde diversos ámbitos: iniciando en la arqueología, pasando por la antropología, la geografía, la física, la química, la biología, las matemáticas, hasta la moda y otras artes.
Fuente: RPP Noticias